Calle Santa
Isabel, Casa (o palacio) feliz y culturalmente okupado: Casablanca, sábado, 14:20...
Llego 20 minutos tarde, qué full y ya está
cerrado y no veo a nadie de clase acercándose... anda, parece que estas chicas
tampoco pueden entrar.
- Me he quedado
igual, no tengo llaves, en esas ventanas del segundo está nuestra clase así
que…
buah, solo es un segundo, todo ventanas, y
total siempre me riñen por gritona…
- ¡JOSE!
¡JOSEEEEEEEE!
…
-¡¡¿JOSE,
IÑAKI, ALEJANDRO, ILIANA, CÉSAR?1!¡¡ SOY MERY!!
…
- Jeje, puessss
***
5 minutos más
tarde y gracias al teléfono de una de las chicas, la alumna tardona y gritona
subía las escaleras de 2 catastróficas plantas hasta las dependencias de Tombuctu©; ojo, escaleras automáticamente
iluminadas y provistas de red de seguridad. La bohemia y los artistas, cuando
se ponen a ello, son así.
Este sábado se
perdió la sesión de estiramientos y la de Acrosport, y se sobrecogía al ver a Iliana saltar
tranquilamente sobre las piernas de Javi
para luego hacer ciertos giros, y subidas, y bajadas que, francamente, el
esguince de su tobillo (sí, malota y pupas), no dejaba de censurar pese a la
increíble evolución, ¡estos acrobáticos movimientos ya no tenían nada que ver
con aquella primera vez en que, apoyando la espalda en la pared y con trémula
desconfianza, había renqueado sobre su compañero Iñaki sin morir en el intento.
Pero los “deportes
de riesgo” terminaron para empezar con las muestras del trabajo personal de
cada uno; había habido más tiempo para prepararlo y tanto la memoria, como los dinamo-ritmos, las complicadas escaleras, las metamorfosis o la máscara,
dieron para dudas, correcciones, felicitaciones y hasta emocionantes
reconocimientos; aquel sábado intensivo de recuperación de horas perdidas (el
maestro Jose no perdona una, de hecho ninguno de sus alumnos deja de deberle aperturas de puertas, puntos fijos, bajadas a suelo sin que duelan los oídos al escuchar batacazos
rodilleros y otras tantas), ¡nos estaba sacando músculo!
Una clase tan
larga y jugosa terminaba con ejercicios corales, tocaba recordar las
investigaciones sobre el eco, la resonancia, la escucha, la construcción de
espacios… y sudamos la camiseta hasta que Jose se animó, por fin, a dar por
bueno el ejercicio más largo que la tardona, gritona y magullada alumna
recordaba.
Y así abrimos
nueva temporada de la aventura Pantoteatro,
de las clases impartidas con la portentosa técnica y pasión de nuestro sensei, Maestro con mayúscula de esta
disciplina silenciosa y sensible a la que el cuerpo nos pide dedicarle cada vez más horas.
Jose David
Quintana Dubón llegó a Madrid con las ideas muy claras y sólo ha necesitado
unos meses, ni un año; inauguramos muchas cosas, la vuelta del blog, la web (www.pantoteatro.com) y, ¡tachannn! Próximamente
el local de la Cía. Pantoteatro; cada vez somos más y, gracias a Jose, mejores.
1 comentario:
Bien!!!!
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