sábado, 26 de mayo de 2012

Pantoteatro, returns


Calle Santa Isabel, Casa (o palacio) feliz y culturalmente okupado: Casablanca, sábado, 14:20...
Llego 20 minutos tarde, qué full y ya está cerrado y no veo a nadie de clase acercándose... anda, parece que estas chicas tampoco pueden entrar.
- Me he quedado igual, no tengo llaves, en esas ventanas del segundo está nuestra clase así que…
buah, solo es un segundo, todo ventanas, y total siempre me riñen por gritona…
- ¡JOSE! ¡JOSEEEEEEEE!
-¡¡¿JOSE, IÑAKI, ALEJANDRO, ILIANA, CÉSAR?1!¡¡ SOY MERY!!
- Jeje, puessss

***

5 minutos más tarde y gracias al teléfono de una de las chicas, la alumna tardona y gritona subía las escaleras de 2 catastróficas plantas hasta las dependencias de Tombuctu©; ojo, escaleras automáticamente iluminadas y provistas de red de seguridad. La bohemia y los artistas, cuando se ponen a ello, son así.
Este sábado se perdió la sesión de estiramientos y la de Acrosport, y se  sobrecogía al ver a Iliana saltar tranquilamente sobre las  piernas de Javi para luego hacer ciertos giros, y subidas, y bajadas que, francamente, el esguince de su tobillo (sí, malota y pupas), no dejaba de censurar pese a la increíble evolución, ¡estos acrobáticos movimientos ya no tenían nada que ver con aquella primera vez en que, apoyando la espalda en la pared y con trémula desconfianza, había renqueado sobre su compañero Iñaki sin morir en el intento.
Pero los “deportes de riesgo” terminaron para empezar con las muestras del trabajo personal de cada uno; había habido más tiempo para prepararlo y tanto la memoria, como los dinamo-ritmos, las complicadas escaleras, las metamorfosis o la máscara, dieron para dudas, correcciones, felicitaciones y hasta emocionantes reconocimientos; aquel sábado intensivo de recuperación de horas perdidas (el maestro Jose no perdona una, de hecho ninguno de sus alumnos deja de deberle aperturas de puertas, puntos fijos, bajadas a suelo sin que duelan los oídos al escuchar batacazos rodilleros y otras tantas), ¡nos estaba sacando músculo!
Una clase tan larga y jugosa terminaba con ejercicios corales, tocaba recordar las investigaciones sobre el eco, la resonancia, la escucha, la construcción de espacios… y sudamos la camiseta hasta que Jose se animó, por fin, a dar por bueno el ejercicio más largo que la tardona, gritona y magullada alumna recordaba.
Y así abrimos nueva temporada de la aventura Pantoteatro, de las clases impartidas con la portentosa técnica y pasión de nuestro sensei, Maestro con mayúscula de esta disciplina silenciosa y sensible a la que el cuerpo  nos pide dedicarle cada vez más horas.
Jose David Quintana Dubón llegó a Madrid con las ideas muy claras y sólo ha necesitado unos meses, ni un año; inauguramos muchas cosas, la vuelta del blog, la web (www.pantoteatro.com) y, ¡tachannn! Próximamente el local de la Cía. Pantoteatro; cada vez somos más y, gracias a Jose, mejores.